lunes, 22 de octubre de 2012

Pon un Asperger en tu serie: es fácil, rápido y barato


Requisitos de una cadena de televisión para que tu serie sea aceptada y la emitan algún día:

1. Meterás tres puntos de giro por capítulo para inserción publicitaria.
2.  Todos se líarán con todos, habrá al menos un triángulo amoroso y un embarazo no deseado, todo en la primera temporada.
3. Los actores adolescentes no podrán nunca, bajo ningún concepto, vocalizar.
4. Aparecerá Pilar Rubio, Mario Casas o un híbrido entre los dos.
5. Imprescindibles los personajes de la amiga fea, el cuñado gorrón, la tía buena y el Asperger.

El Síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista caracterizado por una falta de empatía del paciente y escasas habilidades para la comunicación e interacción social. Los afectados por él muestran también un interés muy reducido y especializado en un área concreta, como puede ser la astronomía, la física, los programas de televisión o la música. Algunos llegan a convertirse en verdaderos doctores o expertos de su campo, y la mayoría poseen una inteligencia muy superior a la media.

Estos individuos son muy agradecidos en los guiones de comedia, ya que sus problemas de adaptación o su incapacidad para entender las situaciones en las que se involucran los demás personajes crean momentos hilarantes que de otra forma no serían posibles. Lo que no excluye que la excesiva proliferación de su uso en la tele esté empezando a cansar un poco. Están de moda. Todo el mundo es, ha sido, será, o quiere ser Asperger.

Este trastorno del desarrollo es la nueva esquizofrenia, o el nuevo trastorno obsesivo compulsivo. Debo reconocerlo, yo no tengo las mejores habilidades sociales del mundo, y en su día también creí ser Asperger. Luego comprendí que si tantas personas nos lo autodiagnosticabamos no era por ninguna clase de llamada de atención snob o altanera (cosa que sí suele ocurrir con algunos que se proclaman bisexuales) sino por una razón más sencilla.

Resulta que con todos los síntomas que sirven para reconocer el Síndrome de Asperger, cualquiera puede compartir algún rasgo, sobre todo la gente cercana al campo creativo o artístico. Hans Asperger decía que se requiere un chorrito de autismo en la ciencia o el arte. Muchas personas podemos ser tímidas, tener dificultades para empatizar con otros o mostrar mucho interés en un tema determinado, y por eso, buscando una explicación a nuestros problemas, preferimos echarle la culpa a que tenemos no sé que enfermedad incurable que afrontar la verdad.   

Pero si tener uno o dos síntomas leves fuese motivo de diagnóstico, casi toda la humanidad sería Asperger. No, señores, esto es una cosa muy seria que provoca dificultades de integración tanto en la infancia como en la vida adulta a la hora de llevar a cabo actividades cotidianas. Algunos lo pasan muy mal y cosas para nosotros banales suponen un gran esfuerzo para ellos. En la tele, ha sido tratado de formas dispares, algunas más y otras menos fieles. Repasemos las principales.

Sheldon Cooper (The Big Bang Theory )


Si hay un personaje que ha extendido la terminología del Asperger al lenguaje coloquial, ese es el que interpreta Jim Parsons en The Big Bang Theory. Y eso a pesar de que los creadores de la serie aseguran que en realidad no tiene dicho síndrome, simplemente es su forma de ser. Los espectadores opinamos lo contrario. Creo que lo suyo no se reduce al Asperger, sino que es más bien una cantidad innumerable de trastornos, fobias y problemas para comprender el mundo que provienen de su infancia.

Lo de Sheldon ni con años de psiquiatría podría mejorar. Dudo que exista una persona real como él, y de ser así es para verla. Es un hombre con un coeficiente intelectual muy superior a la media (se graduó en la universidad con catorce años), pero a su vez se muestra tremendamente obsesivo con detalles que a los demás les parecen estupideces. Se desvive de forma maniática por la limpieza, su sitio idóneo en el sofá o el protocolo a seguir en caso de una invasión zombie. Es totalmente rígido con sus ruitinas: sabe perfectamente que quiere comer cada día, o que los miércoles es noche de tienda de cómics y los viernes de vidojuegos clásicos.  

Este peculia físico teórico se considera a sí mismo superior al resto de la humanidad. No tiene ningún interés en las relaciones afectivas, ni mucho menos en el acto sexual, que considera algo ridículo, antihigiénico y donde se dan gritos innecesarios. Es incapaz de detectar la ironía, y todas las convenciones sociales a las que está sometido parece aprenderlas de manera mecánica, ya que para él la mayoría de nuestros razonamienos carecen de sentido o son erróneos, y prefiere sustituírlos por otros mucho más razonados científicamente pero imposibles de digerir para cualquiera.


Sin duda los mejores momentos de Sheldon se dan cuando se junta con el personaje de Kaley Cuoco, la escultural Penny. Ella es el contrapunto del resto de protagonistas frikis, y quien más insiste en contradecir a Sheldon y enzarzarse con él en descabellados debates. Esa pareja tiene mucha química y en cinco temporadas nos han regalado escenas míticas en las que conocemos un poco más el interior de ambos. Muchos quieren que acaben liados, pero lo veo difícil.  

Sheldon es tremendamente atrayente y muy hilarante, sobre todo en las primeras temporadas. Pero ¿complejo? no tanto como querríamos. El chaval es irritante y repetitivo, su coherencia psicológica queda anulada rápidamente. Hasta diría que Leonard tiene más chicha. George Constanza, el mítico personaje de Jason Alexander en Seinfeld, sí que era un secundario de lujo con una versatilidad y un interior increíbles. Lo tenía todo.  

Abed Nadir (Community )


Abed Nadir es uno de los integrantes de grupo de estudio de la Universidad de Greendale que protagoniza Community. Y estando en esta serie, no es ni mucho menos el más raro de todos. Si Sheldon era un apasionado de la física, Abed es un jóven indio que ama el cine y la televisión. De hecho en uno de los primeros episodios sus amigos le ayudan a que pueda dejar de trabajar en el Kebab de su padre y estudiar cine en la universidad.

Al contrario que el de Big Bang, Abed tiene un conocimiento exhaustivo y milimétrico de las relaciones humanas, ya que todo lo categoriza y transforma en elementos ficcionados. Se dice en contadas ocasiones que Abed no distingue la vida de la tele, y es que una de las particularidades de esta serie es la cantidad de referencias directas e indirectas al mundo de la cultura popular, ya sean videojuegos, cómics, directores de cine y otros programas de televisión. Community usa a Abed para verbalizar todos esos chistes que solo el espectador más culto y crítico (que no friki) puede pillar.

Pero además cumple la función de jugar con el espectador de forma metarreferencial. Abed siempre relaciona situaciones que vive en la realidad con aspectos relacionados con la tele: spoilers, episodios embotellados, tensión sexual entre personajes. Él se imagina como sería su vida en una serie, como se transformarían los sucesos cotidianos en tramas si fuesen parte de una ficción (algo que yo llevo haciendo desde niño). Lo genial es que para nosotros los espectadores todo eso sí que es una ficción, y es como si el chaval nos estuviese hablando. Abed es el mejor elemento de autocrítica que puede tener Community, muy cerca casi siempre de romper la cuarta pared. Tenía que decirlo, es mi alter ego.

Sherlock Holmes (Sherlock )


Los que somos aficionados de toda la vida a los relatos de Sherlock Holmes sabemos que su personalidad es asombrosa. Del detective creado por Arthur Conan Doyle apenas tenemos detalles privados (obviando la deconstrucción de Billy Wilder), y se le desconocen aficiones que impliquen una actividad en grupo o una relación amorosa. Muchas de sua actitudes parecen coincidir con las del síndrome: extrema inteligencia y especialización en los campos que le interesan (y desconocimiento de los que no le sirven para nada) además de una gran capacidad deductiva y personalidad reservada.

Este icono literario sirvió ya hace unos años como modelo para otro personaje mítico de la pequeña pantalla: el doctor House. En este peculiar médico podemos encontramos rasgos mucho más drásticos de un trastorno autista. Gregory House es muy bueno en lo suyo, e irascible a la hora de tratar con los demás. Para realizar en 2010 la adaptación moderna del célebre Holmes, parecen haberse inspirado más en House que en el personaje literario. Si tanto en las novelas y relatos originales como en las adaptaciones cinematográficas realizadas hasta ahora su Asperger era algo probable, en la serie inglesa es totalmente explícito.

La idea original era trasladar las mismas historias del personaje a la actualidad. El resultado fue un producto magnífico, con un Benedict Cumberbatch sorprendente como cabeza de serie. Desde el primer encuentro con John Watson se muestra como una persona fría y metódica, caracterizado con rasgos casi de sociopatía. Hasta llegan a insinuar que algún día acabará matando a alguien. Con el tiempo, y apoyándose en situaciones trasladadas de los libros, empezamos a conocer sus estereotipias y actitudes más reservadas. 


Watson ejerce el mismo papel de confidente que el Wilson de House. Holmes solo es capaz de comunicarse de forma sincera con alguien con quien posee extrema confianza. Además, resulta socarrón e irreverente, no le importa ser provocativo ni hacer las cosas a su manera, pues sabe que aunque su forma de actuar desagrade a sus jefes, ellos no encontrarán a nadie tan bueno como él. Sherlock no tiene ningún deseo por mantener relaciones sexuales ni ningún tipo de pareja, lo que crea una divertida situación al extenderse el rumor de que el doctor y él tienen un affair homosexual.

Toni (Polseres Vermelles )


Lo de este niño es curioso, porque no es hasta el último episodio de la primera temporada de Polseres Vermelles cuando se revela explícitamente que padece Síndrome de Asperger. Y hasta entonces no lo había notado, llamadme idiota. Lógicamente veía algo especial, pero no sabía si es que estaban intentando hacer que el personaje tuviese algún tipo de deficiencia mental o simplemente es que poseía una forma de expresarse un tanto particular. Y es que Toni no parece tonto, al igual que ningún discapacitado en la realidad. Tiene la cualidad de no ser políticamente correcto, como le dice una mujer cuando él le pregunta si tiene miedo de que su hijo muera en la mesa de operaciones. Ojalá todos fuésemos tan sinceros.

Toni dice siempre lo que piensa, es totalmente pasional cuando se enfada y emotivo cuando habla de sus amigos. Todo un encanto, una ricura. Algunas de sus expresiones y salidas de tono son para enmarcarlas. Muchas veces se pregunta por cosas que no entiende, y algunas de sus ideas son hilarantes y descabelladas, como cuando se le mete entre ceja y ceja que su compañero de habitación es un vampiro que no puede entrar en ningún sitio sin ser invitado. Además destaca, entre ese conato de realismo mágico que intentan darle a la serie, que Toni es el único que puede comunicarse mentalmente con Roc, el niño en coma.   

Lola Martín (Frágiles )


En la serie de Santi Millán que Telecinco estrenó este verano también había sitio para un personaje de estas características. Mas en este caso parece que han preferido centrarse en una visión dura y melodramática. Lola tiene unas dificultades enormes para relacionarse con cualquier persona a la que no conozca previamente, además de no soportar que nadie le toque. La actriz no es brillante, pero esa voz que pone tan titubeante e insegura logró cautivarme.

Como todo Asperger de manual, Lola tiene una obsesión: los peces. Desde pequeña los ha investigado y lo sabe todo sobre ellos. No tiene amigos de su edad porque, según ella, estos jóvenes solo hablan de ir de fiesta y de relaciones sexuales, y eso no le interesa.  En el primer episodio conoce a un chico que intenta flirtear con ella, algo a lo que no está acostumbrada (solo un 4% de los diagnosticados con Asperger logran mantener una relación sentimental estable) y acaba cayendo por unas escaleras, sufriendo una contractura de cuello.

La trama que la involucra directamente se centra en la relación con el fisioterapeuta al que daba vida Millán, con el que tenía pasar un proceso gradual de toma de confianza para permitir que este pudiese tocarla para sus masajes. Lo cierto es que, al menos para mí, se hace muy difícil no empatizar con el dolor de esta chica, ni cogerle cariño, aunque ni la historia ni la serie en sí sean realmente gran cosa.

Por cierto, la palabra Asperger es grave, no esdrújula.

Archivo fotográfico⎪ images4.fanpop.com, woodlandtrails.net, cwlockwood.images.worldnow.com, tv3.cat,  1.bp.blogspot.com,  formulatv.com

2 comentarios:

  1. entiendo que los creadores quieran hacer plata pero de ahi a burlarse de personas con síndrome asperger y que nada que ver con la ficción eso va mas allá de la realidad,,,convivan con ello un tiempo largo vayan y vengan hagan sus tareas sus demandas vayan a médicos con ellos escuches sus miedos y sus preocupaciones y después me cuentan

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  2. ojala supierais mas sobre los aspengers porque ellos viven de una forma distinta a nosotros , yo soy feliz de tener a mi pareja aspenger aunque a veces no me entienda , pero he sabido entender como actua , asi que el que conozca un aspenger sabra como son de verdad y no como nos los quieren mostrar en la pantalla que a veces nos pueden hacer ideas un poco equivocadas aunque se hayan informado antes los que hacen la serie o pelicula

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