domingo, 12 de enero de 2014

La Serie de la Semana: Helix



Lo cierto es que Ronald D. Moore no ha tenido mucha suerte en sus proyectos más recientes. Desde que su alabada Battlestar Galactica finalizase en 2009 se ha visto envuelto en la preparación de varios pitchs y pilotos (entre ellos la prometedora 17th Precinct) que no llegaron a buen puerto. Ahora parece que las cosas empiezan a irle un poco mejor a este reconocido genio, y tiene hasta tres proyectos en marcha que podremos ir catando progresivamente. Y mientras esperamos por las adaptaciones televisivas de Destino de Caballero y la saga de novelas Outlander de Diana Gabaldon (¿el futuro fenómeno Cancion de Hielo y Fuego?), esta semana se ha estrenado otra serie que lleva su firma cuya doble season premiere presenta un gran potencial. 

Realmente ha sido creada por un guionista llamado Cameron Porsandeh al que no conocen ni en su casa, pero Moore se unió más tarde al proyecto para aportar algunos conceptos nuevos, y además de ejercer como productor ejecutivo escribe tres de los trece episodios que compondrán la primera temporada. Este supone su regreso a la cadena Syfy después de que la precuela de Galactica, Caprica, fuese cancelada tras su estrepitoso fracaso. Los que esperaban con enorme expectación el regreso de algunas constantes de la serie madre pueden estar de enhorabuena, pues tanto la intensidad de las relaciones entre los personajes como las reflexiones y dilemas morales de su predecesora están presentes aquí. 

Helix es un thriller inspirado en películas como Alien o La Cosa que nos mete en la piel de un grupo del Centro para el Control e Investigación de Enfermedades comandados por el Dr. Alan Farragut (Billy Campbell, sabía que me sonaba su cara, pero he tenido que buscarlo para caer en que era el concejal de The Killing) que son convocados a una Base situada en el Ártico en donde ha sido liberado un peligroso y desconocido virus. La razón de que hayan requerido a Farragut es que uno de los infectados es su hermano Peter, quien se acostó unos años atrás con su exmujer, también presente en la expedición... vamos, que hay lío. A estos se suma la joven y bella pupila del jefe, que parece sentir algún tipo de atracción por él. Un cuarteto amoroso prefabricado que saldrá a relucir en los momentos más inoportunos.


En el lugar de los hechos encontrarán al doctor Hateke, asiático nada de fiar que intenta ocultar la verdadera naturaleza de las operaciones desarrolladas en la base, y pronto se darán cuenta de que el virus que ha poseído a Peter Farragut  no es tan peligroso como los propios seres humanos que comienzan a actuar de modo irracional cuando se ven confinados a una situación límite. Una premisa tan propia de una miniserie que resulta difícil imaginar como podría ser desarrollada en varias temporadas largas, de hecho la limitación espacial (la base) y temporal (cada capítulo es contado como un día desde el inicio de la infección) puede ser su principal lastre. 

Como puntos más negativos debemos señalar las interpretaciones (la del protagonista sobre todo) y algunos de sus diálogos "profundos", aunque esto es algo nimio. Además, muchas situaciones planteadas pecan de escasa verosimilitud y presentan ocasionales problemas de ritmo (esas investigaciones en los túneles) que convierten a este en un piloto irregular con algunas secuencias aburridas y prescindibles. Y es que realizar casi ochenta minutos en un espacio tan reducido es realmente difícil. Su fuerza reside en un planteamiento de ciencia ficción maduro, ese virus que adopta personalidad propia cuya propagación representa una interesante metáfora con respecto a la agresión sexual y unos personajes perfilados de manera que nos importa lo que les ocurre. Si sucesivas entregas se centran más en la relación entre estos que en crear complejas mitologías estamos ante una imprescindible del año.                      

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